miércoles, 28 de julio de 2010
Un nuevo símbolo
Hace un mes que terminó el mundial de fútbol. Un mes no es demasiado, pero sí lo suficiente como para poder ver con cierta perspectiva qué nos ha dejado el campeonato de Sudáfrica, aparte de la victoria por primera vez en la historia de la Selección Española. Además de la ansiada Copa, y del afamado beso de Casillas a Sara Carbonero, se han quedado sembrados por toda España restos de lo que fueron aquellos días de competición. Durante aquellos días de fútbol y pasión los balcones de nuestros pueblos y ciudades se tapizaron con banderas españolas. Era sorprendente pasear por nuestras calles y ver aquí y allá banderas y más banderas. Y sin ser el día de la Virgen del Pilar, o el Corpus Christi, o cualquier otra fiesta religiosa en la que tradicionalmente las gentes, algunas, sacan las banderas para engalanar las casas. No. Esta vez, por vez primera, se desvinculó el uso de la bandera patria con la religión. Por primera vez las gentes en nuestro país superó los absurdos prejuicios que asociaban la bandera española con la derecha, con las antiguas ideas de los “fachas”. Por primera vez, el uso de la bandera española se democratizó realmente: dejó de ser un símbolo apropiado, o cedido, a ciertos sectores arranciados para ser lo que realmente debe ser: un símbolo de unidad nacional,de todos y para todos.
Después de aquellos días de euforia, aún ondean muchas banderas por nuestros corrales y balcones y plazas. Sin complejos. Y no solo los españoles hemos hecho alarde de orgullo con este símbolo: también muchos extranjeros residentes en nuestras tierras. El triunfo de la selección era el triunfo de un país, en su conjunto, y por tanto muchos rumanos, colombianos o ucranianos también lucieron la bandera española como signo identitario porque sí, porque el país es de quien vive en él y en él se integran muchas gentes. Y todos, orgullosos de salir adelante día a día con el trabajo, con la convivencia, vivimos el triunfo de La Roja como un presagio, como una premonición, como un trasunto más allá de lo meramente deportivo: aquel triunfo en Sudáfrica era el símbolo de que el triunfo, en general, era posible, también para vencer a la crisis agobiante. Para ello, nada mejor que la unidad en el equipo, nada mejor que la unidad en la sociedad, bajo el auspicio de un símbolo: el símbolo de la superación y del orgullo común. ¿Por qué no iba a ser nuestra bandera española?
viernes, 23 de julio de 2010
JUAN'D': “La educación es responsabilidad de los padres”
Estudió Comunicación Audiovisual y llegó a trabajar como fotógrafo profesional hasta que hace unos años dejara aparcada su incipiente carrera por materializar su verdadera pasión: la música. JuanD, Perlé de Honor en el ámbito sociocultural en 2008, acaba de parir, junto con Beatriz, algo más que un mero grupo musical. Ciudad Arcoiris es el universo infantil que han creado e ideado específicamente para los niños, tristemente desprotegidos en las parrillas televisivas y en ámbito cultural en general durante los últimos años. Tras haber recorrido toda España a lomos del popular Cantajuegos durante dos temporadas, se emancipa para dar rienda suelta a su creatividad, ingenio y alegría. Porque JuanD no es un cantante, sin más. Es humanista polifacético: autodidacta, compositor, arreglista, vocalista, bailarín, fotógrafo, editor… Con más carteras que un ministro no solo le alcanza el tiempo para atenderlas a todas, sino que las borda, y de qué manera. Perfeccionista acérrimo y vehemente, lucha por lo que cree. Y lo defiende con uñas y dientes. Sabe que ahora es su momento, los niños de toda España ya lo están esperando. Y con ganas.
¿Cómo nace Ciudad Arcoiris?
En Cantajuegos me veía limitado y tenía la inquietud de desarrollarme artísticamente más aún. El productor marcaba el estilo que había que seguir, pero nosotros no podíamos aportar mucho al proyecto. Sentía que lo que hacía no era lo que realmente quería y a partir de este desencuentro surgió la idea de hacer algo nuevo: canciones originales con música propia, y no solo repertorio popular. Tenía la necesidad de crecer como músico y compositor, no solo como cantante. Beatriz y yo maduramos esta idea. De pequeño siempre me inquietó cómo sería el lugar donde nace el arco iris e inventamos ese lugar mágico, con una estética bastante a lo Tim Burtton pero más colorista y nada tétrica: árboles de regaliz, nubes de algodones. Creo que es un imaginario muy bonito
¿Qué acogida está teniendo el proyecto?
La reacción del público está siendo muy buena en las dos experiencias que ya hemos tenido. Algunos comentarios hablan incluso de que ha sido lo mejor que han visto en mucho tiempo. La crítica del espectáculo es muy positiva; tanto de los personajes el Hada Mariana, el pulpo Miomío, Don Iris y el dinosaurio Escondino, como de las canciones, la música y los bailes. Creo que engancha.
¿Qué clase de música es la de Ciudad Arcoiris?
Básicamente tenemos cuatro tipo de canciones: didácticas, por ejemplo la de aprender a contar; juegos, como el de las adivinanzas; otras son simples historias, como las presentaciones de los personajes; y por último hay canciones para estimular la psicomotricidad de los niños, para que hagan una serie de movimientos mediante la imitación. Sucede con la canción de Ponpón, que pretende que los niños muevan los dedos, uno a uno. La mayor parte son creaciones originales y algunas son canciones populares, aunque versionadas.
¿Y en cuanto a ritmos y melodías?
Hemos buscado un rollo más moderno de lo que actualmente existe en el mercado infantil. Queríamos dirigirnos no solo a niños de entre 1 y 6 años, sino ampliarlo hasta un público más amplio de hasta 12 años. Por ello hemos hecho canciones como la de Escondino, que es un rollo Green Day. A los niños pequeños les gustan las canciones modernas, tipo Beyoncé, y las nanas también. Sin embargo un niño mayor de 8 años sí bailaría las primeras pero las segundas no, porque siente que son para más pequeños. Así que le hemos dado a todo un rollo más marchoso, desde ritmos dance en algunas canciones como la de Tic-tac, hasta toques heavies en otras, aunque siempre con letras y coros infantiles. Tenemos una diversidad muy grande de estilos en el disco. No es algo homogéneo ni monótono sino que cada canción tiene un toque distinto para no aburrir.
Este mes de julio sale a la venta en toda España el CD-DVD. ¿Nos cuentas algo de él?
Se llama “Ciudad Aroiris. El espectáculo”. Se trata de una versión presentación del espectáculo y del grupo. Hemos grabado una actuación y en ella aparecen niños, del grupo de fans que ya existía en Internet, que bailan, juegan y cantan con nosotros.
¿Cómo crees que os ven los niños a ti y a Beatriz?
Como sus amigos, sin duda. A veces veo cosas alucinantes, como que te diga un padre que el abrazo que te acaba de dar su hijo después del concierto no se lo da ni a él. Nos han visto tantas veces que para ellos somos sus amigos, con los que juegan y bailan y cuando te ven en directo se desbordan de alegría. Es alucinante cómo se entregan los niños. Es un público súper agradecido y muy sincero.
¿Te caen bien los niños realmente?
Sinceramente sí. Me gustan mucho los niños, soy muy niñero. (Le hago un gesto como de no creérmelo. Nos carcajeamos y añade) No sé cuánto tiempo los aguantaría en mi casa si fueran mis hijos, pero sí, sí, me gustan mucho. En los conciertos disfruto mucho de ellos. De hecho, la parte que más me gusta del concierto es saludarlos al final y descubrir su ingenuidad, sus miradas de incredulidad, sus abrazos, besos… Lo digo con franqueza. Se te caen las carnes.
¿Te sientes identificado con Enrique y Ana o Parchís o con alguno de los grupos infantiles que ha habido en España en otras épocas?
No me importaría que se hablara de Ciudad Arcoiris como se ha hecho de Parchís. Me parece que aquellos grupos han sido un referente muy positivo para los niños de la época.
¿Crees que hace falta una Ciudad Aroiris en la sociedad actual?
Sí. Hace falta una Ciudad Aroiris y más productos pensados específicamente para los niños. Desde hace unos años en España se ha abandonado mucho el contenido infantil. A día de hoy me parece muy triste la oferta infantil, y así salen los niños, acostumbrados a tanta violencia televisiva o de los videojuegos.
Generalmente, cuando uno empieza, no suele pensar en música para niños. ¿Eres menos músico o te hacen sentir inferior a otros músicos por ser un artista enfocado al mundo infantil?
Es cierto que la gente no ha respetado mucho el tema infantil. Parece que es menos importante, pero la psicología de la música infantil es muy complicada. Los adultos tienen diferentes estilos: punkies, rockeros, bakalas… Y si tu haces un estilo de música determinado sabes que vas a alcanzar a ese grupo de gente. En cambio, los niños no tienen estilo propio. La música infantil es un género en sí mismo y si no haces bien esa música no va a funcionar para ningún niño, a diferencia de la música para adultos que si no llegas a un determinado segmento puedes alcanzar a otro.
¿Estás orgulloso de ser un músico infantil?
Yo he hecho de todo y en diferentes estilos antes de Cantajuego en distintas orquestas, y sigo diciendo que me gustan los niños. Lo que te da un niño no te lo da un adulto. Los padres te admiran porque ven que a sus hijos les gusta, y valoran cómo eres capaz de sacar una sonrisa al niño. Sin embargo, en un espectáculo para adultos la gente es más desagradecida, a veces no se valoran ciertas cosas. Estoy orgulloso de mi trabajo. Me encanta ir por la calle y que los niños me reconozcan. Me hace una ilusión enorme que los niños canten nuestras canciones.
¿Te sientes respetado por los músicos convencionales?
No creo que haya una falta de respeto hacia el músico infantil. Quizás sí lo hay a nivel de promotores, que pueden pensar que un cantante pop nacional es más artista que un cantante infantil, pero las pruebas demuestran que artistas infantiles han llenado recintos mientras que otros de primera línea nacional no lo consiguieron tan solo unos días después. El respeto está en el público y si el público va a tu espectáculo y está contento es la prueba de que eres un artista respetado. De todos modos también muchos músicos que se dedican a espectáculos para adultos admiran mi trabajo e incluso estarían deseando venir con nosotros de gira.
Con vuestro trabajo y espectáculo ¿Sois capaces de modificar la conducta de los niños?
Nosotros no somos educadores. Lo que tenemos que intentar mediante nuestro trabajo es poner de relieve una serie de valores y enseñar ciertas cosas de una manera amena y divertida, como por ejemplo contar los números o estimular la psicomotricidad… Podemos ayudar en la educación del niño con nuestras canciones e insertar personajes para que entiendan las cosas que están bien y las que están mal, pero la labor de educación en sí es de los padres. Ni siquiera te voy a decir los profesores en las guarderías y escuelas infantiles.
jueves, 1 de julio de 2010
¿Orgullo Gay?
Todos los años, por estas fechas, surgen debates similares. ¿Es necesario el Orgullo Gay? ¿Qué se pretende con tal Orgullo? Éste no ha sido menos y aunque no esté en la agenda mediática sí está en los foros y redes sociales dicho debate. En concreto hoy un amigo mío escribía en su facebook: "No entiendo el que me feliciten por el orgullo! ¿Tengo que estar orgulloso de ser GAY?"
Las respuestas han sido muy variadas, pero entre todas había una que decía: "Lo que hay que estar es orgulloso de la lucha que durante décadas el movimiento gay está llevando a cabo y por lo logros que a día de hoy hemos conseguido y por lo que aún nos queda por conseguir y eso como colectivo es para estar orgulloso". Es cierto que aún quedan muchas barreras que derrumbar, prejuicios que destruir, obstáculos que saltar y que los derechos humanos están siendo violados sistemáticamente en muchos puntos de la Tierra, y entre estas violaciones están la de los derechos de las personas que son gays a vivir su vida en libertad, conforme a su orientación sexual. Es cierto que la lucha no ha acabado: está viva y es necesario que no nos olvidemos nunca de que las libertades individuales suelen estar amenazadas constantemente, y hay que defenderlas.
Por todo ello se hace necesaria una defensa a ultranza de los derechos de las personas para que puedan vivir libremente, independientemente de su orientación sexual. Sí, es necesaria una manifestación estatal, aun en nuestro país, para recordar que todavía aquí existe discriminaciones, para recordar que en otros países aún es mucho peor la situación. Sin embargo, una cosa es luchar por la defensa de los derechos humanos y otra llamarlo "orgullo".
Según el DRAE, orgullo es: "Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas". No siento orgullo, ni vergüenza, ni nada por ser gay. Creo que la denominación que se le da a esta Manifestación reivindicativa tiene mucho más de márketing que de otra cosa. Según entiendo yo la situación social actual y la lucha por los derechos humanos creo que la mejor manera de llamar a esta fiesta-reivindicativa sería "Normalización Gay". Porque precisamente lo que más nos hace falta es que, precisamente, no se tenga que hablar de ser o no ser gay. Ese sería el estado ideal porque significaría que no hay discriminaciones, como tampoco se habla de la lucha por la gente pelirroja (en otros momentos de la Historia desgraciadamente perseguidos y ajusticiados en muchos casos). Y es que aunque se haya avanzado mucho en cuanto a reconocimiento de derechos de las personas gays (con esto me refiero a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en general) aún falta una verdadera NORMALIZACIÓN. Ésta es la gran lucha, y el gran reto en España. Por lo demás, ni más ni menos orgulloso que un pelirrojo en la calle.
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