domingo, 5 de diciembre de 2010
Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de Herencia: "Los niños saharauis son embajadores de su tierra y solo con su presencia nace el apoyo a su causa"
No es el resultado de una interesada y oportuna respuesta política concebida a partir de una cierta visibilidad, e incluso presión, mediática por los episodios sucedidos en el Sahara Occidental a raíz de la actuación violenta de Marruecos en los asentamientos de Gdaim Izik, muy ceca de El Aaiún. No, absolutamente no se trata de eso sino de un compromiso adquirido desde que en 1997 un grupo de herencianos se tropezaran de repente con la realidad saharaui, a través de unos niños. “Nos pilló de sopetón. Surgió a través de los Servicios Sociales del Ayuntamiento. Recuerdo la perplejidad de la gente cuando nos veía con un niño con la piel tan oscura agarrado de nuestras manos, incluso se decían que estaban adoptados. Aquellas 10 primeras familias que acogieron a los niños planearon formar la asociación”. Desde entonces la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Herencia ‘El Uali’ ha incorporado nuevos miembros, nuevos compromisos hasta llegar a la actualidad a los 90 socios, comprometidos y ayudando en distintos ámbitos a la defensa de los derechos del pueblo saharaui. Estos días se desarrollan en Herencia unas conferencias, organizadas por la asociación, para dar a conocer la historia, el conflicto actual y la cultura del pueblo saharaui. “Ahora es un momento propicio para hacerlo debido a la actualidad mediática de las últimas semanas. Existe una necesidad de explicación de la cuestión saharaui”.
¿Existe un desconocimiento de la cuestión saharaui en nuestra sociedad?
Herencia está particularmente sensibilizada a causa de los niños saharauis que vienen en verano con el programa Vacaciones en Paz. Pero eso no quiere decir que se tenga un conocimiento amplio de lo que está pasando. Normalmente la gente adopta una postura pro saharaui por simpatía con los niños, y se sabe que hay una violación de los Derechos Humanos. En líneas generales hay un cierto conocimiento pero la verdadera causa y el verdadero sufrimiento del pueblo saharaui es aun desconocido por la mayoría de los ciudadanos.
¿Qué es lo hacéis desde la asociación?
Se crea un plan de trabajo diariamente ya que no está preestablecido porque se deriva de la propia necesidades coyunturales del pueblo saharaui, tanto de los campamentos de refugiados como de los territorios ocupados y liberados. Siempre estamos a instancias de las prioridades que marca el Frente Polisario [Movimiento de liberación nacional del Sahara Occidental] y de la Medialuna Roja: medicinas, alimentos, juguetes, etc. Nos adherimos a campañas que se inician en ámbitos globales como pueda ser una caravana de alimentos organizada por el Comité Estatal de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui. Pero también llevamos pequeños proyectos propios. Actualmente tenemos un plan de colaboración con hospitales, de aportación de material sanitario y colaboramos con un centro de discapacitados visuales, les hemos dotado con un vehículo todoterreno,..
Por otro lado hay personas de Herencia que trabajan con la Facultad de Educación de la Universidad de Castilla-La Mancha, en Ciudad Real, con el objetivo de preparar a alumnos para que realicen sus prácticas universitarias en los campamentos de Tinduf. Aunque la actividad estrella es el programa “Vacaciones en paz”. Llevamos cuatro años siendo la sede de acogida de los niños saharauis que llegan a nuestra comunidad y todo esto conlleva un esfuerzo de voluntariado, coordinación y ayuda muy importantes ya que recibimos de 800 a 1.000 niños.
¿Qué es el programa Vacaciones en paz?
Programa a nivel nacional mediante el cual vienen niños saharauis a todas las comunidades autónomas durante el verano. Este año han sido casi 640 niños en Castilla-La Mancha, aunque otros años han llegado a ser más de mil. El proyecto tiene un sentido humanitario, aunque nosotros decimos que con un trasfondo político porque todos los niños son embajadores de su tierra y por su sola presencia nace la conversación y la causa. El verdadero objetivo es sacar del infierno del desierto a estos niños durante algunos meses ya que llegan a soportar incluso 60º a la sombra, con escasez de medios y de agua, darles alimentación adecuada y proporcionarles revisiones médicas adecuadas. Hay quienes cuestionan este Programa porque argumentan que se acostumbran a las comodidades de aquí y luego tienen que regresar. Pero ¿te puedes creer que esos niños que incluso teniendo aquí tantas facilidades y no teniendo allí nada cuando faltan 15 días para irse lo están deseando? ¿Por qué? Porque es allí donde está su familia, su gente. No olvidan que aquí dejan otra familia, y de ahí mismo surge el vínculo entre la familia saharaui y la española.
¿Y vuestra ayuda es solo para los saharauis que viven en los campamentos de refugiados en Argelia o también a los que están en el territorio ocupado por Marruecos?
Principalmente ayudamos a los saharauis que viven en los campamentos de refugiados o los territorios liberados, porque a los que viven en Marruecos es casi imposible. Aunque el pueblo saharaui es una diáspora, hay saharauis por todo el mundo. Por ejemplo hay un gran número de niños becados en Cuba que están estudiando y a esos niños también hay que ayudarles y mandarles alimentación, medicinas,… De hecho nuestras ayudas en fármacos se han destinado precisamente a los niños saharauis en Cuba.
¿Qué dificultades que veis en vuestra labor?
Cada vez cuesta más captar a familias que se comprometan realmente con la causa saharaui. Solemos cansarnos en seguida. Quizás porque no se conoce a fondo el problema y nos quedamos con lo emocional de los niños saharauis que acogemos en verano. Y además está la crisis que también influye en este tipo de ayudas humanitarias: este año hemos recogido la mitad que otros años.
Pero imagino que se puede ayudar de otra forma que no sea solamente económica.
Hay muchas maneras de ayudar al pueblo saharaui, por ejemplo el Plan Bubisher mediante el cual un grupo de jóvenes han preparado un camión-autobús que va recorriendo todos los campamentos. Se trata de una biblioteca móvil que se mantiene con el trabajo de voluntarios que se van renovando periódicamente. No solo se apoya con dinero sino precisamente haciendo visible su problema, hablando de ellos y sensibilizando a la gente. Eso también es importante: que se valore y respete su cultura. Porque en definitiva ir a una manifestación, que es lo que puede presionar al Gobierno para que adopte una postura que realmente pueda ayudar a la solución definitiva del conflicto, parte del conocimiento de la gente, y de la sensibilidad que se tenga.
¿Cómo veis el conflicto saharaui hoy en día?
Todo el mundo ayuda humanitariamente al pueblo saharaui, pero a la hora de condenar no condena nadie a Marruecos. La comunidad internacional hace ojos ciegos a lo que está pasando. No faltan elementos de juicio para valorar lo que ha pasado en el campamento de protesta de Gdaim Izik que, además, no era una manifestación con reivindicaciones indenpendentistas, sino una manifestación pacífica que reclamaba mejoras económicas y sociales y una igualdad de trato con respecto a los marroquíes. Aquello se eliminó literalmente por las fuerzas del orden y el ejército armado. El aplastamiento de derechos humanos que se está llevando en la zona ocupada del Sahara se tapa y silencia sistemáticamente.
¿Es realista un Sahara Independiente después de 35 años de ocupación marroquí y existiendo colonos con esa edad que llevan allí toda su vida?
En las negociaciones que se están llevando entre ambas partes los saharauis plantean, partiendo de un referéndum de libre autodeterminación, que en el caso en que ganara la independencia habría un trato preferencial con Marruecos: compartiendo los recursos económicos, y favoreciendo un trato de igualdad con los colonos marroquíes que pasarían a ser ciudadanos saharauis y no se les expulsaría obligatoriamente. En cambio Marruecos no cede en su postura que no es sino la autonomía del Sahara Occidental pero dentro del Reino de Marruecos y no cede porque Mohamed VI no tiene seguro de que en caso de producirse el referéndum el resultado fuera favorable para sus intereses. Y esto es así porque lo que está pasando en Marruecos es que hay una dictadura muy dura y con una fuerte represión. Y muchos marroquíes votarían a favor de los saharauis. Hay mucho miedo a que si levantas la voz te desaparezcan.
Cada vez se hacen notar más fuertes las voces saharauis que hablan de volver a la lucha armada. ¿Qué opinión os merece esta realidad?
Hay una confrontación de sentimientos: lo que nos dice la cabeza y el corazón. La cabeza nos asegura que una guerra no lleva a ningún sitio y que no es sino un sufrimiento para todo el mundo. Pero es al único callejón sin salida que están dejando al pueblo saharaui. Ya llevan 35 años esperando una solución diplomática que no llega. Incluso desde que el Frente Polisario dejara las armas desde 1991 siempre se ha trabajado en buscar una solución pacífica y sin embargo Marruecos continua su opresión del pueblo saharaui y la violación sistemática de los Derechos Humanos.
Si finalmente el conflicto volviera a las armas, ¿cogeríais un fusil para luchar por la libertad del pueblo saharaui?
Coger el fusil no porque seríamos un muerto más. Pero tenemos dos brazos para coger una camilla, o cuidar niños en los campamentos, o seguir enseñando en los colegios. En un conflicto bélico se puede ayudar de muchas maneras, no solo con un arma. Aunque si fuera preciso, pues incluso también lo cogeríamos. Pero esperamos que no se llegue a esos estremos. Bien es cierto que Marruecos tiene muchos apoyos internacionales, sobre todo con Estados Unidos y Francia, pero no hay que olvidar que los saharauis también tienen los suyos y no convendría menospreciar sus capacidades. Hay muchos intereses económicos y estratégicos en la zona y no interesa qu se destabilice con una guerra. Ten en cuenta que si el conflicto armado estallara no se libraría exclusivamente la zona geográfica del Sahara sino en muchos puntos del mundo, tanto en Marruecos como algunos puntos estratégicos de Europa del sur, y por supuesto no sería una guerra convencional.
¿Qué pueden hacer los herencianos y los políticos locales por el pueblo saharaui a día de hoy?
Hablar sobre el asunto, difundir su realidad y condenar lo que está pasando. Necesitamos presionar a nuestros gobernantes para que condenen la violación de derechos humanos que Marruecos está haciendo con el pueblo saharaui. Y la mejor forma de presión es el voto. No se puede dar la confianza a unos políticos que hacen ojos ciegos a un genocidio. Y los políticos de Herencia que continúen ayudando como han hecho hasta ahora y simbólicamente que cuelguen del balcón del Ayuntamiento la bandera saharaui unos meses como muestra de apoyo.
domingo, 10 de octubre de 2010
Antonio Martín-Viveros Tajuelo: “Hay que atreverse a todo en esta vida”
Nada mejor que sus palabras, bien jugadas, bien traídas y soñadas, para hablar de él. Porque Antonio Martín-Viveros, este herenciano de 28 años no es sino puro sentimiento, pero callado. Tan callado que necesita de su escritura para evitar una explosión interna de emoción. Y es la poesía su cauce, y de entre sus versos brotan manantiales de sensaciones. Antonio confiesa que es feliz, a pesar de todo, y por ese todo, en una de sus limpias, frescas y delicadas poesías. Y más fuerte, pese a su aspecto delicado. Y es su fuerza su palabra, y su propio arte, en mayúscula. Profesor de la Universidad Carlos III donde imparte clases de Historia Medieval y Técnicas de expresión oral y escrita, Martín-Viveros cultiva otras artes: música, pintura, además de la literatura. Un auténtico humanista en pleno siglo XXI. Acaba de publicar su tercer poemario, ‘Gracias por haber sido’, de la mano del Ayuntamiento de Herencia, que lo edita. Nos citamos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, ciudad en la que vive actualmente. No evade las cuestiones más espinosas o polémicas, clava los ojos, seguro de sí mismo, aun en sus dudas. Piensa, medita y abre su coraza, y expone sus convicciones, sin complejos.
¿Cómo te definirías?
Muy difícil. Humanista es una palabra que engloba todo, incluso algunas cosas en las que no me incluyo. Yo no me defino. No me gustan las etiquetas ni las clasificaciones y no quiero encasillarme en nada. En cuanto te defines, te limitas tú mismo. Me gusta jugar con varias disciplinas de las artes: la música, las letras, la pintura… No me considero pintor, pero en mis ratos libres me dedico a ello. Me apasionan las artes plásticas y la literatura.
¿Por qué la Historia Medieval?
Me gusta mucho la Historia en general, pero el medievo me parece apasionante y creo que, en líneas generales ha estado muy desoído por la Historiografía; muy pocos estudiosos se han dedicado a este periodo, en comparación con otros. Además no es una etapa histórica nada oscura, es interesantísima, en la Edad Media se desarrolla todo: desde música hasta lo que a mí me gusta y que he convertido en mi tema de estudio: la religiosidad laica.
¿No está la sociedad deshumanizada en el sentido más humanista?
Lo que pasa es que está fragmentada, más que deshumanizada. Estamos tan, tan especializados que nos olvidamos de lo demás. Desde la más temprana educación ya nos vamos seleccionando: ciencias o letras, étc… siendo que, al contrario, si todos los dedos, como si fueran hilos, se fueran trenzando, ninguno llegaría a romperse, los más fuertes reforzarían a los más débiles y se formarían cordones mucho más resistentes. Si a la hora de estudiar un periodo histórico, por ejemplo, una sola persona lo pudiera hacer desde múltiples puntos de vista: desde la pintura, historia, literatura, sociedad, economía… sería capaz de configurar una visión más amplia y rica que si se hace desde la simple especialidad de una disciplina particular. Nos van guiando hacia la especialización desde pequeños. Habría que rebelarse contra eso. Necesitamos personas que se atrevan a ello.
¿Cómo se consigue eso?
Es muy difícil. Aunque el referente sea, como dice Mario en el prólogo del libro, el Humanismo del Renacimiento, ellos tampoco dominaban todas las artes, pero, por el contrario a lo que ocurre actualmente, sí apostaban por esa visión más general.
¿Hay que tener una sensibilidad especial para escribir poesía?
Hay que tener sensibilidad. ¿Especial? No lo sé, porque poesía hay de todo tipo, incluso hay ruda y cruda que es muy buena. Hay que tener sensibilidad, valor y, sobre todo, lo que no hay que tener es miedo. El miedo es el peor enemigo no solo del poeta sino de cualquier escritor o persona que quiera hacer algo. Hay que atreverse a escribir, atreverse a sentir, atreverse a expresar. Hay que atreverse a todo en esta vida.
¿Por qué escribes poesía?
Porque la poesía es el mejor y más eficaz catalizador de mis sentimientos, ya que soy una persona tímida y no los expreso con la frecuencia que debería. Al tener tanta producción de sentimientos dentro tienes que buscar un cauce. Hay gente que eso lo consigue con la pintura, con la literatura novelesca, con la música… y yo lo hago con la poesía, desde muy pequeño.
¿Y qué necesitas expresar?
Todo. Se necesita expresar todo, por eso es necesario buscar esos cauces de expresión de sentimientos.
¿A la gente le interesa la poesía?
En general, no mucho. A los editores, no. La poesía no vende, pero yo no vivo de la poesía y por tanto no necesito venderla, lo cual es una ventaja. Yo escribo porque lo necesito y es un catalizador de mi propia vida. Esa poesía llega a un determinado círculo, que hoy en día es muy cerrado. Pero publicar poesía es prácticamente imposible. Vende otro tipo de literatura, pero no me dedico a ello, la leo, pero en la escritura de ese tipo de literatura más que jugar con la expresión y las palabras se necesitan unas condiciones que hoy por hoy no tengo.
La mayor parte de tu poesía es religiosa. ¿por qué te interesa tanto la religión?
Gran parte de mi poesía que se conoce es religiosa, más que nada porque los cauces de publicación de esa poesía han resultado más fáciles que el resto para darla a conocer. Pero no toda mi poesía es religiosa. La primera parte de ‘Gracias por haber sido’ y parte de la segunda, por ejemplo, recoge una poesía más intimista que conoce muy poca gente. Escribo poesía religiosa porque siento la religión como parte indivisible de mí, considero la fe como el motor de mi vida, vivo en esa sintonía.
Me da la sensación que hay más folclore que religión en determinadas manifestaciones religiosas públicas.
Prefiero llamarlo religiosidad popular. El folclore es otra cosa. Se trata de tradición y de un vínculo de convivencia colectiva muy fuerte. Hay dos posturas frente a ello: el que lo ve como algo ajeno, que puede llegar a pensar que se trata de una especie de locura frenética desatada alrededor de ciertas imágenes y manifestaciones religiosas; o la postura del que lo vive desde dentro, o está más receptivo a ello para poder comprenderlo. Cuando te encuentras con situaciones en las que la gente se encomienda por completo a Dios, en sus necesidades más apremiantes, a través de una imagen, se comprende… Porque la gente necesita a Dios. La gente cree. Otra cosa es que sigan los cauces establecidos o no, eso es otro debate, pero tengo claro que la fe verdadera no se impone, nace del corazón. Te encuentras con casos de personas que te cuentan sus historias, sus vivencias dentro de esta religiosidad popular, siempre desde el agradecimiento, y te das cuenta de que realmente hay algo grandísimo, que cuesta explicar con palabras. Y que no eres el único que siente lo mismo y que sentirte imbuido en esta manifestación colectiva de fe, tiene sentido.
Mucha gente quizás tenga ese sentimiento y sin embargo no cree en Dios.
No es cierto que no crean en Dios. Es una “malformación”, somos reacios, a veces, a reconocer las cosas. Es posible que no crean en los cauces oficiales, no es mi caso, ni en una Iglesia establecida de una cierta manera, pero tienen devoción, y posiblemente le recen a Dios mediante la imagen que les genera ese sentimiento, quizás no con el Avemaría o las oraciones establecidas en las estampas, pero sí hablándole y rezar es eso, hablar con confianza y con sinceridad, una comunicación con la divinidad.
Pero también hay mucha superstición mezclada, ¿no crees?
No creo que sea superstición. Lo que pasa es que hablamos, en ocasiones, de una religiosidad tan profunda que se incorpora a la cotidianidad. Te voy a poner un ejemplo en Herencia: el de “la Paz”. Un día la sorprendieron hablando con la Virgen de las Mercedes diciéndole: “Hermosa, mira a ver que yo no sé el tiempo que me queda de estar por aquí. Así que cuando llegue yo arriba dame corte que yo pará no quiero estar”. Y de la misma manera, en ese mismo camarín de la Virgen de las Mercedes, de cuya hermandad tengo el honor de ser presidente, te encuentras con situaciones similares. Muchas mujeres de nuestro pueblo se ponen ante la Virgen y le dicen “hijamía”. Llamar a la Madre “hija” es incorporarla a la vida de uno mismo y de tal manera que se siente como propia. Eso no es faltar al respeto, ni superstición, ni rozar blasfemia, ni nada, eso es amor, es ternura, es devoción y es tradición. El hacer la imagen tan tuya conlleva que cuando sea su fiesta se vaya a la procesión y se aplauda y se llore sintiéndola verdaderamente como algo tuyo, tan de la tierra o tan del cielo como tú mismo, como tu propia madre, tu propio padre o tus propios hermanos.
¿No tienes la sensación de quedarte solo dentro de la Iglesia dentro del rango de tu edad?
En absoluto. Te diré también que hay iglesias e iglesias, con minúsculas. Hay casos en los que las directrices de la pastoral están más atentas a las necesidades de la gente joven y en consonancia con ellos, y otros en los que no, y se limitan a seguir estrictamente “la ley”, el orden establecido, sin posibilidad de adaptación a los contextos concretos. Creo que en la medida en que se sea consciente de ello la Iglesia será de los jóvenes o, por el contrario, se les cortará definitivamente las alas.
La jerarquía católica transmite lejanía con su postura sobre muchos temas sociales
Estoy completamente de acuerdo contigo. Una institución con tantos años y con un aparato dogmático, teórico y de tradición tan voluminoso no se mueve con la ligereza de una institución nueva, pero no creo que se deba ir a contracorriente de la sociedad, la Iglesia acabará adaptándose a los tiempos y liderando su papel de ser sembradora de esperanza, de la esperanza de Cristo, y para eso vale cualquier tiempo. Somos muchos los que pensamos así. Como te decía antes, en la medida en que la Iglesia camine con la sociedad se verá la diferencia entre grupos de jóvenes dinámicos o parroquias vacías.
Has estado muy vinculado con la Semana Santa herenciana en los últimos años…
He pertenecido a la Junta Permanente de Hermandades durante varios años y desde ahí hemos intentado dinamizar la Semana Santa haciendo, por ejemplo, el libro guía que es, en su última edición, el mejor considerado de la provincia, incluso por delante del de Ciudad Real (que está declarada de Interés Turístico Nacional). Pero al final me he visto obligado a quedarme fuera, junto con otros compañeros, por determinadas acusaciones que ya se han demostrado falsas. Yo no tengo ningún problema en hablar y decir las cosas a las claras, además firmo todo lo que escribo y no me escondo de nada. Quiero muchísimo a la Semana Santa de Herencia y pienso que es una de las mejores que hay en nuestra Comunidad, teniendo en cuenta el volumen de Herencia. Tenemos los ingredientes claves para conseguir una declaración de Interés Turístico: mucha participación, una imaginería muy bien cuidada, unos desfiles procesionales elegantes y muy sobrios, y algunas características propias, como que cada hermandad tenga su propia banda.
¿Algún proyecto personal en mente?
Terminar mi tesis que trata sobre las cofradías en la Edad Media. Sobre el papel que tenemos que tener los laicos dentro de la Iglesia tiene mucho que decir la Edad Media. También hay un par de proyectos en proceso que no puedo hacer públicos todavía.
¿Cómo ves el panorama cultural de Herencia? ¿No tienes la sensación de que hay cierta apatía en este sentido?
No lo conozco demasiado porque no vivo en Herencia. Pero todo lo que se haga es poco, y lo poco o mucho que se haga siempre tiene que ser bienvenido. Hay que seguir trabajando porque hay que darle cauce a la cultura en todos los niveles, a través de la Sala de Exposiciones, de la recopilación de la Historia del pueblo, proyectos turísticos, clubes de lecturas, asociaciones, etc. No hay que dejar de hacerlo, no hay que dejar de llamar. Hay que hacer campaña cultural. No obligar a la cultura, pero sí animar a la cultura. Porque la gente no vaya a una obra de teatro, por ejemplo, no hay que dejar de programarla: en primer lugar en consideración a las veinte o treinta personas que vayan a ir a verla. Estamos acostumbrados a medir, a pesar y a considerara las cosas por el volumen. No es así. Algunas veces se requiere entender sobre algo para valorarlo, incluso para demandarlo, y no es elitismo, porque eso se consigue a fuerza de trabajo. No podemos pretender que se llene el auditorio para un acto cultural que quizás requiera unos ciertos conocimientos previos que hay que proporcionar, y si no se llena no podemos pensar que debería dejar de hacerse. La clave está ahí, en la cultura por la cultura misma.
viernes, 10 de septiembre de 2010
JOSÉ MARÍA MORALEDA JIMÉNEZ: “Veremos cosas muy bonitas que resolverán grandes problemas, pero traerán grandes dilemas éticos”
En la puerta de la casa aún permanece el cartel: “Don Valerio Moraleda. Médico. Rayos X”. Dentro también se encuentra intacta la sala donde Don Valerio atendía a las gentes de Herencia. Hoy su hijo, José María Moraleda, continúa sus pasos en el mundo de la medicina, en Murcia donde es catedrático y coordinador de Trasplante Hematopoyético y te Terapia Celular. Se trata de un hombre sencillo, refinado en las formas, inteligente en el sentido más amplio de la palabra: intelectual y emocionalmente. Porque José María es la antítesis de la arrogancia. Lógico si uno tiene la suerte de hablar con él y embriagarse con ese torrente de emoción, propio del que ama su oficio: “En esta profesión tener vocación es realmente importante; si no tienes muchas cosas que dar es difícil que seas un buen médico, ya que interviene mucho la persona: saber escuchar, tener paciencia, empatía, no cansarse cuando te cuentan sufrimientos… porque eso agota, pero es necesario”. En su recuerdo permanece las buenas maneras de trabajar de su padre, del manejo artístico que hacía del historial clínico, su afán por estudiar y la dedicación a los demás. Él mismo parece haber heredado aquel don del esfuerzo y la dedicación porque no para, con humildad y sin histrionismos, pero con una constancia y eficacia tan sublimes que llega a emocionar y motivar para seguir luchando.
¿En qué consiste básicamente su trabajo?
Fundamentalmente soy médico, en la extensión clásica de la palabra: escucho y estoy con las personas, las atendiendo y soluciono sus problemas. Mi maestro, Antonio López Borrasca, siempre decía que para ser un buen médico había que además de asistir a los enfermos, investigar y hacer docencia. Mi trabajo se divide en tres vertientes: la asistencial, diagnosticando y tratando enfermedades de la sangre, incluyendo los trasplantes de médula ósea a los que dedico más tiempo. Luego está la parte docente en la Universidad de Murcia donde imparto clases. Y por último también investigo en varios aspectos del trasplante y en los últimos años, en la utilización de células madre para la curación de enfermedades; es lo que se llama terapia celular.
¿Cómo consigue llegar a dirigir la Unidad de Terapia Celular de Murcia?
Con mucho esfuerzo, un buen equipo, y formación continuada. Durante unos años estuve en Inglaterra y Estados Unidos aprendiendo a hacer trasplantes de médula ósea. Cuando regresé a España monté la unidad de trasplantes en el hospital Clínico de Salamanca, y posteriormente en Murcia, donde saqué la cátedra de Medicina. Durante mi estancia en el hospital Fred Hutchinson Cancer Research Center en Seattle, donde aprendí con el premio Nobel de Medicina, Donnall Thomas investigábamos en modelos animales los efectos del trasplante de médula ósea para curar enfermedades como la leucemia y los linfomas, y nos dimos cuenta que un pequeño porcentaje de las células que implantábamos se convertían en células de otros tejidos como el corazón o el hígado. Esto nos sugirió que además de poder curar enfermedades propias de la médula ósea, la manipulación de este tipo de células madre podrían servir para curar las enfermedades de otros tejidos distintos del organismo. A principios de esta década varios grupos de investigadores demostraron que la infusión de células madre de la médula ósea ayudaba a reparar el corazón, el páncreas o las neuronas en animales. Y de ahí surgió la idea de la Terapia Celular derivada de la médula ósea. No fue mía esa idea, otros empezaron antes, pero hemos continuado en esa linea. Es un campo apasionante, con unas grandes perspectivas de generar nuevos tratamientos para enfermedades que ahora no tienen solución, como las enfermedades neurodegenerativas, la diabetes o los grandes infartos.
¿No se te ha planteado nunca algún tipo de problema ético en tu día a día profesional?
Las células pueden obtenerse de muchas fuentes. Una de ellas es con las que trabajo: son células madre adultas, habitualmente del propio individuo. Otras fuentes celulares son las embrionarias. El problema que tienen las células embrionarias es que se puede destruir un embrión para utilizarlas, aunque ahora hay maneras de no destruirlo del todo (esto se ha sofisticado mucho). Ahí sí que se puede presentar un problema ético evidente. La ventaja: se trata de células muy inmaduras y que, teóricamente, en determinadas condiciones te permiten generar un tejido entero en el laboratorio. De hecho ya se está haciendo: se pueden generar células que latan como el corazón o que tengan las mismas capacidades metabólicas que el hígado. Se podrían fabricar tejidos sin la necesidad de donantes (que siempre estamos con la falta de donantes, pero para que te donen un órgano tiene que morirse una persona); y las alternativas que tenemos hasta ahora, órganos artificiales o de animales, no son buenas. Con este tipo de estrategias se podrían obtener los órganos necesarios, pero ya te digo con los consecuentes problemas éticos, aunque la legislación española lo permite. Muy recientemente se ha descubierto que se pueden generar células muy parecidas a las embrionarias a partir de una célula del pelo o de la piel, insertándoles cuatro genes por ingeniería genética. Este es un adelanto de primer orden y marcará el futuro inmediato, porque estas células no proceden de un embrión, pero tienen sus características, se llaman celulas madre embrionarias inducidas. Yo con células embrionarias no he trabajado; solo lo he hecho con células madre adultas.
¿Y cómo ve usted moralmente la utilización de células embrionarias?
¡Qué complicado! Tengo mis dudas. No soy partidario del aborto, por ejemplo. Soy médico y mi orientación fundamental es salvar la vida e impedir el sufrimiento, no dificultar la vida. No me meto en los aspectos éticos que puedan tener para otras personas porque hay muchas cosas discutibles, pero yo no lo hago. En este tipo de materia como tengo algo que, insisto, no daña la posibilidad de vida y puede darme la misma solución, pues prefiero estudiar en ese campo, en las células madre adultas, ante que en las embrionarias. Aunque como he comentado antes, las células madre embrionarias inducidas no presentan estos dilemas y tienen un gran futuro. Si es posible llegar a un mismo final, aunque tenga más dificultades técnicas, pero sin esos problemas éticos, pues lo prefiero.
Pero usted como médico tendrá una opinión sobre los límites de la vida y qué se puede hacer o no se puede hacer, por ejemplo, con los embriones.
Eso tienen que resolverlo los expertos en ética y en moral. Yo no lo soy. Puedo tener mis convicciones, pero no puedo pontificar ni como médico ni como científico en algo que no me compete. Si hay embriones que ya están congelados, que van a ser destruidos, ¿por qué no utilizarlos para evitar el sufrimiento o la muerte de una persona? Dentro de mi pensamiento analítico podría resultar razonable. Pero somos muy dados a empezar con excepciones y acabar con generalidades. En cualquier caso creo que es la sociedad quien tiene que dar respuesta a esos problemas. Algo similar sucede en cuanto al aborto. Hay muchas formas de enfocar las cosas, pero lo que es evidente es que en cuanto hay una fecundación, si no se interviene, termina formándose un ser humano. ¿En qué momento puede considerarse que se es un ser humano o no? Muy difícil cuestión, al igual que determinar cuándo acaba la vida. ¿Acaba cuando no hay función cerebral o no? Hay algunas respuestas que pueden parecer científicamente claras pero que son cuestionables bajo el punto de vista ético o moral y viceversa. Los científicos no son los únicos que deben delimitar estas cuestiones; urge una meditación general y un debate profundo de la sociedad, en el que intervengan los expertos correspondientes para generar guías con actualizaciones permanentes, porque el avance científico es rapidísimo.
¿Se investiga suficiente en España?
Nunca es suficiente la investigación. Esta pregunta tiene una contestación filosófica y otra práctica. La filosófica es que si de la investigación se nutre el cerebro humano para conocer más cualquier aspecto de la realidad que le rodea, jamás se investiga lo suficiente. La práctica es que la investigación necesita dinero, y para saber si se investiga lo suficiente en España tienes que ver el porcentaje del PIB que destina nuestro país a la investigación y ponerlo en relación con lo que invierte en otros países europeos o en Estados Unidos, o Japón: obviamente No. Si bien es verdad que hemos dado un avance tremendo en los últimos veinte años: la escalada es importante aunque no es suficiente. Una persona que se dedique exclusivamente a investigar no puede vivir en España si quiere hacer carrera de científico porque no está bien considerada, ni se paga como debería ser, ni tiene prestigio social. Eso falta en España. El famoso cambio de estructura productiva que tanto se ha anunciado, está pendiente. ¿Por qué? Porque hay que poner el dinero para que ocurra. Y esto no es algo de una generación. La clave es que no se trata de un esfuerzo de un año, o dos o cinco sino de varias generaciones: apostar por la ciencia claramente y a largo plazo. Quizás en parte lo que pasa es que políticamente no tiene un rédito electoral porque no da unos resultados inmediatos.
¿Cómo ve la medicina del futuro? ¿Es una ficción llegar a ser inmortales?
Genericamente soy una persona optimista. Me dedico a tratar a personas con enfermedades muy graves y si no fuera optimista probablemente no hubiera sobrevivido. El progreso de la medicina es logarítmico, aunque hay una disociación entre lo que espera la sociedad y lo que realmente existe. Socialmente estamos habituados a tener las cosas inmediatamente. Hemos entrado en una dinámica de consumismo, basada en el dinero, y queremos las cosas al instante. Sin embargo la ciencia va más lenta, aunque los progresos son impresionantes. Vamos a ver cosas realmente de ciencia ficción. Ya tenemos el conocimiento del genoma y con ello la posibilidad de clonar: hacer un ser humano es científicamente posible. No digo que sea pasado mañana, pero esa posibilidad se dará. Veremos cosas muy bonitas porque van a resolver grandes problemas, pero traerán grandes dilemas éticos y morales: si somos capaces de vivir indefinidamente ¿hasta cuándo? Si somos capaces de emprender la vida ¿qué tipo de vida y con qué control? Pero no tengo claro que esto sea extensible a todo el mundo. Es cierto que hay muchos avances, pero por otro lado hay gente en el mundo que se muere de hambre.
¿Y en España?
Aquí lo más valioso es el esquema de la Seguridad Social. Poder tener una medicina gratuita, accesible para todo el mundo, y de la calidad que tenemos en España no se da en ningún sitio. Y doy fe de ello porque he trabajado en muchos sitios fuera. No hay medicina generalizada tan buena como la española. La atención de la Seguridad Social española en cuanto a tecnología es excelente y ese sistema está ahora mismo en serios problemas financieros. Hay que encontrar el equilibrio para que esto no se destruya. Y no es fácil porque la medicina es ahora muy tecnológica y el paciente exige tecnología. Pero si yo tengo experiencia y soy capaz de diagnosticar un problema tocándote la barriga, ¿por qué tengo que hacer un TAC o una resonancia? Pero la exigencia del uso tecnológico es general y eso tiene un coste económico tan alto que no sé si vamos a poder permitírnoslo durante mucho tiempo. La tecnología es un avance, no digo que no haya que emplearla, pero cuando se deba emplear. No sistemáticamente de entrada, porque hundiremos el sistema. Las máquinas pueden resolverte problemas, pero no el juicio clínico. Para hacer un tratamiento bueno se necesita un diagnóstico bueno, y para hacer un diagnóstico bueno necesitas unas consideraciones intelectuales que tienen que ver con tu juicio crítico. Por mucha tecnología que se tenga, si no se tiene un buen juicio clínico no hay nada que hacer; y eso se consigue estudiando y, como decía Don Valerio, con una buena dosis de sentido común.
miércoles, 28 de julio de 2010
Un nuevo símbolo
Hace un mes que terminó el mundial de fútbol. Un mes no es demasiado, pero sí lo suficiente como para poder ver con cierta perspectiva qué nos ha dejado el campeonato de Sudáfrica, aparte de la victoria por primera vez en la historia de la Selección Española. Además de la ansiada Copa, y del afamado beso de Casillas a Sara Carbonero, se han quedado sembrados por toda España restos de lo que fueron aquellos días de competición. Durante aquellos días de fútbol y pasión los balcones de nuestros pueblos y ciudades se tapizaron con banderas españolas. Era sorprendente pasear por nuestras calles y ver aquí y allá banderas y más banderas. Y sin ser el día de la Virgen del Pilar, o el Corpus Christi, o cualquier otra fiesta religiosa en la que tradicionalmente las gentes, algunas, sacan las banderas para engalanar las casas. No. Esta vez, por vez primera, se desvinculó el uso de la bandera patria con la religión. Por primera vez las gentes en nuestro país superó los absurdos prejuicios que asociaban la bandera española con la derecha, con las antiguas ideas de los “fachas”. Por primera vez, el uso de la bandera española se democratizó realmente: dejó de ser un símbolo apropiado, o cedido, a ciertos sectores arranciados para ser lo que realmente debe ser: un símbolo de unidad nacional,de todos y para todos.
Después de aquellos días de euforia, aún ondean muchas banderas por nuestros corrales y balcones y plazas. Sin complejos. Y no solo los españoles hemos hecho alarde de orgullo con este símbolo: también muchos extranjeros residentes en nuestras tierras. El triunfo de la selección era el triunfo de un país, en su conjunto, y por tanto muchos rumanos, colombianos o ucranianos también lucieron la bandera española como signo identitario porque sí, porque el país es de quien vive en él y en él se integran muchas gentes. Y todos, orgullosos de salir adelante día a día con el trabajo, con la convivencia, vivimos el triunfo de La Roja como un presagio, como una premonición, como un trasunto más allá de lo meramente deportivo: aquel triunfo en Sudáfrica era el símbolo de que el triunfo, en general, era posible, también para vencer a la crisis agobiante. Para ello, nada mejor que la unidad en el equipo, nada mejor que la unidad en la sociedad, bajo el auspicio de un símbolo: el símbolo de la superación y del orgullo común. ¿Por qué no iba a ser nuestra bandera española?
viernes, 23 de julio de 2010
JUAN'D': “La educación es responsabilidad de los padres”
Estudió Comunicación Audiovisual y llegó a trabajar como fotógrafo profesional hasta que hace unos años dejara aparcada su incipiente carrera por materializar su verdadera pasión: la música. JuanD, Perlé de Honor en el ámbito sociocultural en 2008, acaba de parir, junto con Beatriz, algo más que un mero grupo musical. Ciudad Arcoiris es el universo infantil que han creado e ideado específicamente para los niños, tristemente desprotegidos en las parrillas televisivas y en ámbito cultural en general durante los últimos años. Tras haber recorrido toda España a lomos del popular Cantajuegos durante dos temporadas, se emancipa para dar rienda suelta a su creatividad, ingenio y alegría. Porque JuanD no es un cantante, sin más. Es humanista polifacético: autodidacta, compositor, arreglista, vocalista, bailarín, fotógrafo, editor… Con más carteras que un ministro no solo le alcanza el tiempo para atenderlas a todas, sino que las borda, y de qué manera. Perfeccionista acérrimo y vehemente, lucha por lo que cree. Y lo defiende con uñas y dientes. Sabe que ahora es su momento, los niños de toda España ya lo están esperando. Y con ganas.
¿Cómo nace Ciudad Arcoiris?
En Cantajuegos me veía limitado y tenía la inquietud de desarrollarme artísticamente más aún. El productor marcaba el estilo que había que seguir, pero nosotros no podíamos aportar mucho al proyecto. Sentía que lo que hacía no era lo que realmente quería y a partir de este desencuentro surgió la idea de hacer algo nuevo: canciones originales con música propia, y no solo repertorio popular. Tenía la necesidad de crecer como músico y compositor, no solo como cantante. Beatriz y yo maduramos esta idea. De pequeño siempre me inquietó cómo sería el lugar donde nace el arco iris e inventamos ese lugar mágico, con una estética bastante a lo Tim Burtton pero más colorista y nada tétrica: árboles de regaliz, nubes de algodones. Creo que es un imaginario muy bonito
¿Qué acogida está teniendo el proyecto?
La reacción del público está siendo muy buena en las dos experiencias que ya hemos tenido. Algunos comentarios hablan incluso de que ha sido lo mejor que han visto en mucho tiempo. La crítica del espectáculo es muy positiva; tanto de los personajes el Hada Mariana, el pulpo Miomío, Don Iris y el dinosaurio Escondino, como de las canciones, la música y los bailes. Creo que engancha.
¿Qué clase de música es la de Ciudad Arcoiris?
Básicamente tenemos cuatro tipo de canciones: didácticas, por ejemplo la de aprender a contar; juegos, como el de las adivinanzas; otras son simples historias, como las presentaciones de los personajes; y por último hay canciones para estimular la psicomotricidad de los niños, para que hagan una serie de movimientos mediante la imitación. Sucede con la canción de Ponpón, que pretende que los niños muevan los dedos, uno a uno. La mayor parte son creaciones originales y algunas son canciones populares, aunque versionadas.
¿Y en cuanto a ritmos y melodías?
Hemos buscado un rollo más moderno de lo que actualmente existe en el mercado infantil. Queríamos dirigirnos no solo a niños de entre 1 y 6 años, sino ampliarlo hasta un público más amplio de hasta 12 años. Por ello hemos hecho canciones como la de Escondino, que es un rollo Green Day. A los niños pequeños les gustan las canciones modernas, tipo Beyoncé, y las nanas también. Sin embargo un niño mayor de 8 años sí bailaría las primeras pero las segundas no, porque siente que son para más pequeños. Así que le hemos dado a todo un rollo más marchoso, desde ritmos dance en algunas canciones como la de Tic-tac, hasta toques heavies en otras, aunque siempre con letras y coros infantiles. Tenemos una diversidad muy grande de estilos en el disco. No es algo homogéneo ni monótono sino que cada canción tiene un toque distinto para no aburrir.
Este mes de julio sale a la venta en toda España el CD-DVD. ¿Nos cuentas algo de él?
Se llama “Ciudad Aroiris. El espectáculo”. Se trata de una versión presentación del espectáculo y del grupo. Hemos grabado una actuación y en ella aparecen niños, del grupo de fans que ya existía en Internet, que bailan, juegan y cantan con nosotros.
¿Cómo crees que os ven los niños a ti y a Beatriz?
Como sus amigos, sin duda. A veces veo cosas alucinantes, como que te diga un padre que el abrazo que te acaba de dar su hijo después del concierto no se lo da ni a él. Nos han visto tantas veces que para ellos somos sus amigos, con los que juegan y bailan y cuando te ven en directo se desbordan de alegría. Es alucinante cómo se entregan los niños. Es un público súper agradecido y muy sincero.
¿Te caen bien los niños realmente?
Sinceramente sí. Me gustan mucho los niños, soy muy niñero. (Le hago un gesto como de no creérmelo. Nos carcajeamos y añade) No sé cuánto tiempo los aguantaría en mi casa si fueran mis hijos, pero sí, sí, me gustan mucho. En los conciertos disfruto mucho de ellos. De hecho, la parte que más me gusta del concierto es saludarlos al final y descubrir su ingenuidad, sus miradas de incredulidad, sus abrazos, besos… Lo digo con franqueza. Se te caen las carnes.
¿Te sientes identificado con Enrique y Ana o Parchís o con alguno de los grupos infantiles que ha habido en España en otras épocas?
No me importaría que se hablara de Ciudad Arcoiris como se ha hecho de Parchís. Me parece que aquellos grupos han sido un referente muy positivo para los niños de la época.
¿Crees que hace falta una Ciudad Aroiris en la sociedad actual?
Sí. Hace falta una Ciudad Aroiris y más productos pensados específicamente para los niños. Desde hace unos años en España se ha abandonado mucho el contenido infantil. A día de hoy me parece muy triste la oferta infantil, y así salen los niños, acostumbrados a tanta violencia televisiva o de los videojuegos.
Generalmente, cuando uno empieza, no suele pensar en música para niños. ¿Eres menos músico o te hacen sentir inferior a otros músicos por ser un artista enfocado al mundo infantil?
Es cierto que la gente no ha respetado mucho el tema infantil. Parece que es menos importante, pero la psicología de la música infantil es muy complicada. Los adultos tienen diferentes estilos: punkies, rockeros, bakalas… Y si tu haces un estilo de música determinado sabes que vas a alcanzar a ese grupo de gente. En cambio, los niños no tienen estilo propio. La música infantil es un género en sí mismo y si no haces bien esa música no va a funcionar para ningún niño, a diferencia de la música para adultos que si no llegas a un determinado segmento puedes alcanzar a otro.
¿Estás orgulloso de ser un músico infantil?
Yo he hecho de todo y en diferentes estilos antes de Cantajuego en distintas orquestas, y sigo diciendo que me gustan los niños. Lo que te da un niño no te lo da un adulto. Los padres te admiran porque ven que a sus hijos les gusta, y valoran cómo eres capaz de sacar una sonrisa al niño. Sin embargo, en un espectáculo para adultos la gente es más desagradecida, a veces no se valoran ciertas cosas. Estoy orgulloso de mi trabajo. Me encanta ir por la calle y que los niños me reconozcan. Me hace una ilusión enorme que los niños canten nuestras canciones.
¿Te sientes respetado por los músicos convencionales?
No creo que haya una falta de respeto hacia el músico infantil. Quizás sí lo hay a nivel de promotores, que pueden pensar que un cantante pop nacional es más artista que un cantante infantil, pero las pruebas demuestran que artistas infantiles han llenado recintos mientras que otros de primera línea nacional no lo consiguieron tan solo unos días después. El respeto está en el público y si el público va a tu espectáculo y está contento es la prueba de que eres un artista respetado. De todos modos también muchos músicos que se dedican a espectáculos para adultos admiran mi trabajo e incluso estarían deseando venir con nosotros de gira.
Con vuestro trabajo y espectáculo ¿Sois capaces de modificar la conducta de los niños?
Nosotros no somos educadores. Lo que tenemos que intentar mediante nuestro trabajo es poner de relieve una serie de valores y enseñar ciertas cosas de una manera amena y divertida, como por ejemplo contar los números o estimular la psicomotricidad… Podemos ayudar en la educación del niño con nuestras canciones e insertar personajes para que entiendan las cosas que están bien y las que están mal, pero la labor de educación en sí es de los padres. Ni siquiera te voy a decir los profesores en las guarderías y escuelas infantiles.
jueves, 1 de julio de 2010
¿Orgullo Gay?
Todos los años, por estas fechas, surgen debates similares. ¿Es necesario el Orgullo Gay? ¿Qué se pretende con tal Orgullo? Éste no ha sido menos y aunque no esté en la agenda mediática sí está en los foros y redes sociales dicho debate. En concreto hoy un amigo mío escribía en su facebook: "No entiendo el que me feliciten por el orgullo! ¿Tengo que estar orgulloso de ser GAY?"
Las respuestas han sido muy variadas, pero entre todas había una que decía: "Lo que hay que estar es orgulloso de la lucha que durante décadas el movimiento gay está llevando a cabo y por lo logros que a día de hoy hemos conseguido y por lo que aún nos queda por conseguir y eso como colectivo es para estar orgulloso". Es cierto que aún quedan muchas barreras que derrumbar, prejuicios que destruir, obstáculos que saltar y que los derechos humanos están siendo violados sistemáticamente en muchos puntos de la Tierra, y entre estas violaciones están la de los derechos de las personas que son gays a vivir su vida en libertad, conforme a su orientación sexual. Es cierto que la lucha no ha acabado: está viva y es necesario que no nos olvidemos nunca de que las libertades individuales suelen estar amenazadas constantemente, y hay que defenderlas.
Por todo ello se hace necesaria una defensa a ultranza de los derechos de las personas para que puedan vivir libremente, independientemente de su orientación sexual. Sí, es necesaria una manifestación estatal, aun en nuestro país, para recordar que todavía aquí existe discriminaciones, para recordar que en otros países aún es mucho peor la situación. Sin embargo, una cosa es luchar por la defensa de los derechos humanos y otra llamarlo "orgullo".
Según el DRAE, orgullo es: "Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas". No siento orgullo, ni vergüenza, ni nada por ser gay. Creo que la denominación que se le da a esta Manifestación reivindicativa tiene mucho más de márketing que de otra cosa. Según entiendo yo la situación social actual y la lucha por los derechos humanos creo que la mejor manera de llamar a esta fiesta-reivindicativa sería "Normalización Gay". Porque precisamente lo que más nos hace falta es que, precisamente, no se tenga que hablar de ser o no ser gay. Ese sería el estado ideal porque significaría que no hay discriminaciones, como tampoco se habla de la lucha por la gente pelirroja (en otros momentos de la Historia desgraciadamente perseguidos y ajusticiados en muchos casos). Y es que aunque se haya avanzado mucho en cuanto a reconocimiento de derechos de las personas gays (con esto me refiero a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales en general) aún falta una verdadera NORMALIZACIÓN. Ésta es la gran lucha, y el gran reto en España. Por lo demás, ni más ni menos orgulloso que un pelirrojo en la calle.
jueves, 24 de junio de 2010
"La Libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos"
... Y continúa Don Quijote: "con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida". La libertad. He ahí la gran cuestión. ¿Dónde empieza, dónde acaba? ¿Cómo se protege? ¿Qué es y qué no es libertad?
Se me viene a la cabeza estas disquisiciones a raíz del debate social habido en España, y en mi oficina, en los últimos días acerca de la prohibición que se ha aprobado del uso del burka en lugares oficiales. Bajo el pretexto de defender la dignidad de la mujer lo que se ha hecho ha sido prohibir el uso de tal prenda. Y digo yo ¿la solución es la prohibición? ¿llevar el burka implica una pérdida de dignidad humana? ¿Qué pasa si alguien quiere llevarlo por voluntad propia?
Creo que el debate está viciado desde sus primeras premisas. No creo que sea cierto que llevar burka implique, SIEMPRE, una imposición. Me parece que es algo más cultural. No digo que en ciertos casos haya una imposición, y por ende una degradación humana, pero no siempre. Partiendo de esta tesis, creo que no tiene sentido la prohibición ya que uno es libre de vestir como quiera. La libertad, querido Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos. Y sin embargo, esa libertad se nos cercena constantemente aquí y allá bajo las más variopintas excusas. Evidentemente siempre hay que evitar los abusos y proteger a los débiles. Las mujeres, desgraciadamente, suelen ser objeto de tales aberraciones, pero no por llevar burka. ¿Cuántas mujeres españolas no mueren al año a manos de sus maridos? Y no llevan burka. Luego entonces hay que focalizar las medidas de protección de otra forma: a través de organizaciones sociales, de programas educativos, de facilitar el acceso de la mujer oprimida a una salida digna... pero no mediante prohibiciones.
El uso del burka no es sino una excusa, una cortina de humo y, en última instancia, el miedo a lo desconocido o la ignorancia de otras costumbres. Imaginemos a alguien que no conoce nuestra tradición católica y aterriza en Sevilla en plena Semana Santa. ¿Qué pensaría de tantos hombres, mujeres y NIÑOS que salen a la calle cargados con un trozo de madera y tapados de pies a cabeza, tan solo con un par de orificios en los ojos para poder ver? ¿Y de los que se laceran públicamente? ¿Y de los empalaos que siempre salen en televisión? Todo esto lo vemos "normal" porque comprendemos esta cultura en la que estamos inmersos. Probablemente nada tenga que ver con la religión, sino precisamente con la cultura popular. Es posible que para mucha gente no sea comprensible, pero por no ser comprensible esto para muchos ¿debería prohibirse? ¿No es uno libre de lacerarse públicamente, o de taparse con las vestimentas de nazareno si así lo desea? ¿No habrá nadie que cuestione la voluntad de los niños a los que visten así de nazarenos? ¿Y qué hay de la mutilación de las niñas que nada más nacer se les perforan las orejas para colocarles un par de pendientes?
Lo que trato de resumir es que muchas manifestaciones públicas personales pueden no entenderse, pero no necesariamente son degradaciones humanas. Algunos casos puede que sí, pero no sistemáticamente. Quizás el aspecto cultural tiene algo que ver, y la voluntad personal de seguir las normas culturales quizás poco tenga que ver con la violación de derechos humanos. ¿por qué no hacer lo que uno libremente quiera, mientras no colisione con los derechos y libertades de otras personas? Es decir: ¿por qué no puedo utilizar burka, o corbata, o el traje de monja de clausura o de obispo o de nazareno, o de carnaval libremente, siempre y cuando uno quiera hacerlo? ¿a quién daña que uno vaya vestido así por la calle? Otra cosa son los gustos personales y las preferencias de cada cual, pero eso es harina de otro costal. Intentar que todos sigan unos parámetros obligatoriamente, cercenando las posiblidades que en nada afectan al resto de personas, es una violación de la libertad. Y ya sabemos que por ella "se puede aventurar la vida". ¿No estamos dando pie con estas polémicas prohibiciones, quizás, a que algún fanático quiera aventurar su vida para defender su "libertad"? ¿No haremos caldo de cultivo, con prohibiciones semejantes, para que los fundamentalistas enarbolen la bandera oportunista de la lucha de la defensa del Islam, por ejemplo, cuando en realidad se trata de asuntos culturales, bien distintos?
jueves, 17 de junio de 2010
LUIS CALLEJAS: "LA INMIGRACIÓN ES UNA NECESIDAD NO UN PROBLEMA"
Lo políticamente correcto está de moda y ciertos temas, como la inmigración y la religión, pueden resultar incómodos. En medio de una sociedad en la que individualidad de la persona prima sobre lo colectivo, justo en ese desierto de la intolerancia, la xenofobia y el racismo en el que a menudo nos estancamos, surge un oasis profundo: un chorro de agua fresca incontrolable, calmada pero incesante. Ese manantial se llama Luis Callejas, herenciano, fraile mercedario y, sobre todo, persona. Habla desde el sosiego y sin circunloquios, llamando a las cosas por su nombre, sin eufemismos ni palabras capciosas. Su estilo es directo, veraz, sin medias tintas, ni resquemores, ni reproches, sin la carga de presiones externas. Es un alma libre, y se nota. Abre su corazón con la misma facilidad que se abren las puertas de la Casa de Refugiados de Madrid donde trabaja. “Esto no es un trabajo sino una vocación. Si mi vivencia con los chavales lo convierto en un trabajo, a los dos días estoy quemado. En cambio al ser mi vida, pongo sobre la mesa todo lo que tengo. Vivo en una comunidad de tres religiosos con menores y jóvenes inmigrantes solicitantes de asilo. Pretendemos que esto sea una familia y lo hacemos compartiendo espacio, momentos de encuentro… todo. Compartimos ilusiones y miedos por el futuro pero también desgracias del pasado”.
Luis habla de proyectos en marcha, retos, obstáculos, pero siempre en plural. “Porque somos una gran familia que pretende hacer realidad las esperanzas de futuro de estos chavales”. Se refiere a los 46 jóvenes a los que la entidad religiosa da refugio en 6 centros en Madrid, pero también al equipo de 27 trabajadores y profesionales, entre piscólogos, abogados, trabajadores sociales, insertores sociales, o educadores de cada uno de los recursos residenciales, así como a un grupo de 35 voluntarios, que hacen posible esta misión. “Aquí llegan chavales que salen de su tierra, sobre todo del África subsahariana, dejando todo por cuestiones religiosas, políticas, étnicas. Nosotros les ofrecemos una integración en la nueva sociedad que encuentran. Los protegemos no para impedir que nadie se acerque a ellos sino para que superen las dificultades que han tenido en sus países y les sea posible iniciar un nuevo proyecto de vida. Pretendemos que puedan enfrentarse a la sociedad casi en igualdad de condiciones que otra personas (papeles y trabajo) y acceder al alquiler de una habitación”.
Aquí es donde pudiera surgir la duda: ¿qué es integración, dónde empieza la imposición o hasta qué punto es tolerable ciertas cosas por parte de la sociedad de acogida? “La integración pasa por la interacción. Aquí ponemos en la mesa no solo alimentos para consolar sus tristezas, sino también esperanzas; y compartimos nuestra cultura y religión. En vez de separarnos nos unimos ya que no prevalece el criterio del más fuerte sino del consenso, donde todo tiene cabida si se sabe plantear. No podemos imponer nada”. Conviene no olvidar que hablamos de personas. De seres humanos idénticos en casi todo, excepto quizás en drama real vivido. “En el fondo hay historias humanas trágicas. Normalmente son chavales que vienen con grandes problemas con trastornos psicológicos. Gestionar todo esto conlleva dedicación y a veces sinsabores porque es complicado hacer ver que es una realidad muy compleja. Nadamos a contracorriente porque los medios de comunicación venden la inmigración como un problema cuando debe ser, y en muchos casos lo es, una necesidad. Hace 3 o 4 años en España había una necesidad de mano de obra de baja cualificación. Ahora con la crisis económica se termina por atacar a los más débiles Y dentro de esa parte débil de la sociedad están los inmigrantes. Y de entre ellos, los débiles de los débiles son los que nosotros acogemos porque son inmigrantes menores sin acompañamiento familiar. Están solos”.
La Casa de Refugiados de La Merced se financia con fondos provenientes de las distintas Administraciones Públicas, fondos de las obras sociales de las cajas de ahorros, y aportaciones privadas, además de los recursos de la Orden de La Merced. En el contexto de crisis actual, la cierta dependencia a los recursos públicos conlleva una merma en la propia financiación del proyecto. “Se está notando el recorte en todo: en los fondos económicos y los plazos de las convocatorias. Pero trataremos de sacarle el máximo rendimiento. Nuestro propósito no es hacernos ricos. A día de hoy estamos inmersos en la creación de una empresa. ¿Una empresa en un momento de crisis? Pues sí: es una locura y no es una locura. Se trata de una empresa de inserción. Queremos montar una frutería y gestionar un bar. Esta iniciativa nos permite que haya chavales que puedan finalizar su proceso, y mediante esta empresa de inserción lo que se pretende es dar trabajo a aquellos jóvenes que están en riesgo de exclusión social. Gracias a ello se les facilita poder conseguir los papeles y estar en situación regular en España. Está previsto empezar en julio o agosto, depende de lo que tardemos con los trámites burocráticos”.
Burocracia. Cuando se persiguen unos fines justos y se interponen tantos obstáculos, esa palabra, esos trámites forzosos, suenan a latigazos en las carnes. Pero mayores son las bofetadas de los políticos, con sus intereses espúrios que laceran unos objetivos dignos y humanos. “La Comunidad de Madrid nos propuso firmar un acuerdo para que estos centros fueran no únicamente para inmigrantes. Nosotros somos una entidad muy dedicada a la inmigración y no estamos preparados para una intervención con chavales españoles. Esto puede resultar chocante pero es muy diferente trabajar con las espectativas, inquietudes e ilusiones de un inmigrante, que con las de un chaval español que parte de la ventaja de regularidad y cuya formación no está condicionada a tener o no trabajo. Nunca nos hemos cerrado a poder ayudar a españoles, y de hecho así lo hemos hecho con chavales del barrio con problemas de consumo de drogas. Pero entendimos que lo que pedía la Comunidad era una respuesta sí o sí, a una propuesta que en el fondo perseguía retirar del sistema de protección los centros específicos de ayuda al inmigrante. ¿El objetivo? Creemos que vender a los medios de comunicación que en Madrid no hay inmigración. Esto genera conflictos dentro de una misma idelogía política: por un lado la Comunidad de Madrid los echan a la calle y por otro no le queda más remedio al Ayuntamiento [también gobernado por el PP] que proporcionar recursos para atenderlos. En Madrid se está viendo a muchos chavales jóvenes viviendo en la calle, lo que conlleva un riesgo social increible. Por eso nosotros nos opusimos. No firmamos aquel acuerdo y no recibimos fondos de la Comunidad de Madrid para estos fines. Pero creemos que hicimos lo correcto porque mantenemos abiertos nuestros centros, no como otros que al final tuvieron que cerrar”.
Uno entra a la Casa de La Merced y recala en un remanso de paz. A tan solo unos metros de la populosa plaza de toros de las Ventas, donde los señoritos toman engominados sus vermuths y ging tonics a las cinco de la tarde y se abarrotan las barras desbordadas por platos de gambas y langostinos, aguarda paciente y con las puertas de par en par esta casa tranquila. Entran y salen chavales que saludan al desconocido, sin ningún problema. Destacan sus pieles oscuras, y sus sonrisas claras y blancas. Los pájaros ponen la melodía de fondo mientras uno se adentra en sus vidas sencillas, que comparten sabiéndose en casa. Luis presenta a sus amigos, grandes y pequeños, religiosos y legos. Y la imaginación intenta averiguar cómo se las ingenian para compaginar tanta diversidad. “Sin ningún problema. Con la mayor de las alegrías por poder compartir. Cuando llega la hora de comer se bendice. Y lo puede hacer un musulmán o un cristiano. Esta es la gran paradoja que tiene esta Casa. La experiencia nos ha demostrado que estos años de convivencia religiosa entre musulmanes y cristianos no nos aleja sino que nos acerca. Es bonito celebrar entre todos la fiesta del Ramadán, o la del cordero, o la Nochebuena, o Reyes. Nuestra Casa es una casa abierta a todo y a todos. Intentamos hacer visible a la sociedad que podemos vivir en un mismo techo. Somos personas y nos enriquecemos unos a otros”.
Sin embargo a la sociedad le cuesta entender eso. Supongo que aún hay muchos prejuicios y miedos. “Creo que poco a poco vamos evolucionando, pero queda un trabajo grande por delante. La primera vez que fui a Herencia con los chavales mi abuelo estaba temeroso. Desconfiaba de los chavales. Sospechaba que fueran a meterse a algún sitio para quitar algo. Mi sorpresa fue que al mes siguiente volvimos y mi abuelo tenía preparado en casa un gran banquete para ellos. Mi abuelo me decía muchas veces: es que me llaman abuelo y me sienteo como si fuesen mis nietos. Él nunca había tenido una experiencia de vivir con negros o musulmanes tan de cerca y sin embargo llegaba a entablar una relación estrecha con ellos. La clave es que no iba ya con ningún prejuicio. La sociedad tiene miedo a lo distinto, pero cuando lo conocen se dan cuenta de que han cometido un error. Somos humanos y lo primero que hacemos es mirar para atrás con desconfianza. Pero cuando se establece una relación, no hay problema”.
El 19 de junio es el día del Refugiado. Ese día Luis seguirá compartiendo su vida con el resto de la gran familia. Ese día se acercarán por la Casa muchos de los más de 500 jóvenes inmigrantes que han pasado por ella en estos 23 años. Ese día será una fiesta, sin duda, pero sobre todo será una auténtica concentración de humanidad, y de ejemplo. Allí nadie se mirará las pieles, ni sentirá la desconfianza de los acentos. Nadie reparará en las evidencias religiosas de unos u otros, porque todos estarán agradeciendo el trabajo, que no es trabajo sino vida pura, de Luis y su familia. Y demostrar que lo que allí se hace es extensible a cualquier otro sitio. “Porque nace de nosotros como personas el poder hacer que las cosas cambien”.
miércoles, 16 de junio de 2010
De velos, burkas y otras excusas
Aquellas tristes campanadas, hace poco lejanas, se acercan cada vez más, hasta nuestras cocinas. Aquellos ecos franceses, que trataban de la supuesta "libertad religiosa" y de la laicidad del Estado, han cruzado los Pirineos para instalarse de lleno en nuestra agenda política, y social. Primero fueron algunos Ayuntamientos catalanes, pero pronto la moda, o la peste, ha sido asumida incluso por el propio Gobierno central: se está estudiando la prohibición del uso del burka en ciertos lugares públicos.
Antes de alegrarme abiertamente por esta medida, de congratularme por las buenas intenciones de los bienhechores de estas iniciativas, y sumarme a la condena total del burka, me surgen algunas preguntas. Muchas:
¿Qué es lo que se pretende realmente con esta prohibición? ¿Por qué se va a prohibir el uso del burka dentro de algunos edificios públicos y no totalmente, porque sí podrán ir por la calle con él puesto? Siendo, como estamos, en una supuesta sociedad libre: ¿por qué no es posible ir completamente tapado? ¿o desnudo? ¿qué molesta más, que vaya la mujer completamente cubierta, o que ese hecho tenga connotaciones religiosas? ¿qué pasaría si en carnaval, o en cualquier fiesta de disfraces, voy completamente tapado? La defensa de la mujer, de su integridad, de su dignidad ¿pasa por la prohibición del uso de un burka obligatoriamente? Si esto es así: ¿por qué no se prohibe totalmente (incluso en la calle, o en el ámbito privado)? ¿Qué es lo que nos molesta realmente del burka aquí en España (no hablo de Afganistán donde probablemente el contexto social y político sea tan fuerte que realmente sea un yugo, una obligación)? ¿Prohibiendo el uso del burka en ciertos lugares se protege realmente a la mujer? ¿Es eficaz esta medida para "salvar" la dignidad de la mujer? ¿Es indigno llevar el burka? ¿Y si lo llevan porque realmente quieren y no por imposición? ¿No sería más lógico facilitar mecanismos de ayuda social a las mujeres musulmanas para que rompan su silencio y denuncien los abusos de sus maridos, al estilo de las mujeres (en general) que son maltratadas por sus parejas en España? ¿No sería más eficaz luchar contra la discriminación a partir de medidas de educación, de ayuda social, que mediante pomposas normas legislativas basadas en la prohibición?
¿Por qué nos empeñamos en buscar soluciones a problemas complejos a base de PROHIBICIÓN? ¿Es la prohibición, en general, la solución a todos los males?
No me gustan las modas populistas, no me gustan las medidas express ni rimbombantes que buscan acaparar titulares, no me gustan medidas simplistas ni represoras, ni fáciles. Pero sobre todo, no me gusta quedarme callado mientras la espiral del silencio crece y crece, a favor de los que no piensan más que en ellos mismos y en imponer sus pensamientos (mínimos y cortos de miras, en muchas ocasiones) a base de PROHIBICIONES. Y en cima, nos lo venden como el triunfo de la LIBERTAD.
viernes, 23 de abril de 2010
Entrevista a Ana Conde: "Leer es bueno siempre, aunque sea el HOLA"
Érase una vez una Conde(sa) que pasaba largas horas encerrada en su castillo. Todo el pueblo la conocía por su nombre, Ana, y de ella alababan su elocuencia en la conversación, la elegancia en las formas y su solícito trato. Su fortín no era un alto torreón con almenas sino una amplia estancia repleta de libros: enciclopedias, novelas románticas, históricas y también detectivescas, poemarios, ensayos, y aquellos que ella más quería por encima de todo, libros de cuentos. Ana estaba enamorada de los cuentos. Coleccionaba libros de cuentos y contaba cuentos. Ana era la celosa cuidadora de aquella riqueza cultural pero a la vez la más feroz promotora del placer de la lectura. Ana Conde era algo más que la bibliotecaria de la villa de Herencia. Se trataba de una suerte de Pepito Grillo de las letras, que picaba conciencias a todo aquel que, por osadía, distraimiento o casualidad, cruzaba el umbral de su recinto nada sagrado. Sobre todo era el hada madrina de los niños, a los que dejaba la boca abierta con sus palabras mágicas en tardes de cuentos con pan y chocolate. Un día, El Rondadías feroz la secuestró en una mañana de domingo, cuando se encontraba lejos de su santuario, y presionada por terribles amenazas inenarrables tuvo que confesarse en lo que a continuación se transcribe.
¿Qué significa ser bibliotecaria exactamente?
Para mi es el oficio más bonito del mundo. La biblioteca es la puerta de acceso a la información y a la cultura para todos y la bibliotecaria es la mediadora entre los usuarios y ese océano de información. No se trata sólo de colocar libros en una estantería. Primero hay que seleccionar los materiales, adquirirlos, someterlos a un proceso técnico de catalogación y clasificación, organizarlos de forma sistemática para que posteriormente se puedan recuperar y, por supuesto, llevar a cabo las estrategias necesarias para fomentar el uso y consulta de esos materiales. Es un trabajo enormemente creativo en el que, a veces, ejerces de psicóloga, de maestra, de confidente e incluso de adivina. La biblioteca es un espacio dinámico al que hay que dar vidilla.
¿Pero puede haber vidilla en un sitio donde te mandan callar constantemente?
Eso era antes. Ahora no tiene absolutamente nada que ver. Al menos en las bibliotecas municipales. Alguna gente incluso se queja del jaleo. Lo que no se puede pretender es que vengan unos niños a hacer trabajos con cartulinas y estén en silencio; o que venga una madre con su niño a contarle un cuento y esté callada. Es imposible. Lo que sí se procura, evidentemente, es un cierto orden.
¿Alguna reivindicación pendiente desde tu puesto de bibliotecaria municipal?
(Toma aire. Respira. Piensa) Creo sinceramente que la biblioteca municipal de Herencia está bien valorada en general. Pero sabemos que tenemos que llegar a otra mucha gente que no cree que también haya lugar para ellos porque la ven quizás como algo muy serio. Me gustaría romper los estereotipos de lo que antes eran las bibliotecas. La gente debería abrir su mente un poco y ver que la biblioteca ofrece muchos recursos, aunque sea leer el periódico, o consultar internet. Puede estar presente en cualquier ámbito: desde el área de deportes que organice algunas jornadas temáticas y podamos facilitarle material; a cualquier asociación de vecinos que esté preparando algún evento y también podamos asistirles… Eses es un buen objetivo a alcanzar.
Por otro lado, me gustaría contar con más recursos económicos, aunque en los tiempos que corren, tampoco puedo quejarme. Agradezco infinito que este año no haya habido recortes presupuestarios para la biblioteca. Pero he de decir que el presupuesto que tenemos ahora es el mismo de hace muchos años mientras que las actividades han aumentado. De este modo te las ves y te las deseas para sacarlas adelante.
¿Quién pone la pasta?
El Ayuntamiento y la Junta de Comunidades. La Junta nos subvenciona para actividades 2.500 euros anuales, y para adquisición de fondos, un porcentaje en función de lo que aporta el Ayuntamiento. La Junta exige a los Ayuntamientos aportar a las bibliotecas un mínimo económico. Este año el Ayuntamiento de Herencia ha destinado más de lo exigido, pero no porque haya aumentado la partida presupuestaria sino porque la Junta ha bajado este año los mínimos establecidos, pero el Ayuntamiento ha decido mantener su aportación.
Hace poco la biblioteca de Herencia ha ganado un premio, dotado con material bibliográfico, de la Federación Española de Municipios y Provincias a un proyecto de dinamización. Pero también aspiráis a otro superior y en metálico. ¿Qué vais a hacer?
Se trata del premio María Moliner en el que existen tres categorías: mejor labor bibliotecaria, mejor programa de dinamización y mejor programa de integración sociocultural. Nosotros queremos trabajar por la integración sociocultural y tenemos un proyecto en mente, en colaboración con la ONG Proyecto Solidario, que consiste en hacer un hermanamiento con unas bibliotecas de Tetuán (Marruecos). Pretendemos hacer un programa de concienciación en Herencia que muestre otras realidades, partiendo de nuestra biblioteca, y dirigido fundamentalmente a niños, para que puedan valorar lo que aquí tenemos y conocer cómo viven otras comunidades menos favorecidas. También queremos hacer trabajos de colaboración, de modo que puedan elaborarse materiales de animación a la lectura útiles para la población de Tetuán, y actividades de intercambio entre nuestros usuarios y los de la biblioteca de Tetuán.
Además de bibliotecaria eres una cuentista. ¿Iniciativa personal, o gajes del oficio?
Las dos cosas. Tenemos una asociación que se llama Asociación Cultural Pirujas que se dedica a contar cuentos. La idea se inició en la biblioteca porque organizábamos actividades para contar cuentos a los niños del colegio. Nos gustó la experiencia y decidimos aprovecharlo para contar cuentos no solo en Herencia. Así fue como accedimos a la Guía de Recursos de Animación a la Lectura de Castilla-La Mancha, un mecanismo de la Junta que utilizan los bibliotecarios de la comunidad para organizar actividades. Llevamos casi 10 años contando cuentos por los pueblos de la región. Es una manera muy bonita de animar a leer. Trabajas con la narración oral que para mí es muy importante y que no debe perderse. Que los niños se acostumbren a escuchar cuentos hará que les gusten los cuentos, y si les gustan los cuentos no les importarán leerlos. Y, aunque no es una regla fija, es posible que si de pequeño lees cuentos de mayor seas un buen lector.
¿Tan importante es leer?
A mí me lo parece. No voy a decir que leer es imprescindible y primordial porque hay mucha gente que no lee y es feliz. Pero sí creo que se lo pierden. Leer tiene muchos beneficios. Entre otras cosas porque, a parte de lo típico de que te hace vivir experiencias y viajar a otros sitios donde jamás lo harías, creo que es alucinante ser capaz de experimentar sensaciones, emociones, miedo, risa, llanto, únicamente gracias a lo que tu imaginación crea a partir de las palabras de un libro. Es un antídoto ideal contra la soledad, contra el desamor, contra el aburrimiento… Leer es bueno siempre, aunque sea el HOLA. Cualquier cosa que leas te muestra otras realidades. Y creo que cuantas más realidades conozcas mayor será tu capacidad crítica y de entender a la gente y al mundo. Evidentemente, no todas las lecturas son iguales, ni todo me gusta. Me gustan los libros, pero no me gustan todos los que leo. No pasa nada.
¿Llegarán a prestarse libros electrónicos?
Se prestarán. Aun tenemos poca información sobre los eBooks pero es una realidad que, aunque no sea inmediata, sí es inevitable. En este sentido las bibliotecas jugarán un papel distinto al actual para el que debemos de estar preparados. El mundo editorial va a cambiar. Tendremos que adaptarnos. Lo que sí creo que me parece imposible, pero imposible, imposible, es que ese cambio suceda con los libros infantiles. No me lo imagino. A mí me fascinan los libros infantiles. (En estos momentos Ana se levanta, y casi con la ilusión de una niña se acerca a la estantería de su casa y comienza a sacar y enseñar cuentos infantiles, con coloridos desplegables, juegos de papel, alegría visual por doquier). Esto, que es el Pollo Pepe, no se puede hacer en un eBook..
¿Cuál es el libro más prestado?
Va por modas. Este año es la trilogía de Millenium. Estos tres libros no duermen en la biblioteca. El año anterior, El niño de pijama de rayas y, por supuesto, Harry Potter.
Entonces la lectura no es algo tan idílico como se nos pinta. ¿Somos borregos culturales influidos por el marketing y la sociedad de consumo?
Es cierto que nos dejamos influir por las tendencias pero después de leer el libro uno tiene la suficiente capacidad crítica para discernir si le gusta o no. Evidentemente siempre hay gente que hace todo lo contrario. Basta que sea un best-seller para que no quiera leerlo. Aparte, está la labor del bibliotecario para ayudar al lector y recomendarle. Yo no me leo todos los libros, pero me guío por las opiniones de los lectores. Me cuentan su percepción y conozco el perfil de los usuarios, por tanto, si a una persona con un perfil determinado le ha gustado un libro sé que a otra persona con un perfil parecido posiblemente le guste también, así que se lo recomiendo. De todos modos siempre digo: prueba con éste y si no te gusta, lo traes. No pasa nada por dejar un libro a medias. Libros hay muchos. Me parece que los libros están hechos para disfrutar y además tienen un momento. Puede ser que no es que no te guste, sino que no es el momento. Evidentemente hay que darle una oportunidad al libro, pero creo que no es necesario terminarlos por obligación.
¿Y qué me dices de los clubes de lectura de la biblioteca?
Me gustan mucho los clubes de lectura porque hacen la lectura infinitamente más enriquecedora. Ahora mismo tenemos cuatro y cada uno tiene sus peculiaridades. El más masivo y variado es el de adultos. El de los clásicos es el menos numeroso, pero me parece una forma ideal para acercarse a los clásicos de la literatura universal, que muchas veces produce rechazo porque parece muy difícil de entender. El de las mujeres mayores es el que más ha evolucionado de todos. Cuando empezamos había mujeres que no se habían leído un libro entero en su vida y ahora los devoran que da gusto. Me dicen: “mi marido se pone a ver el fútbol y yo aprovecho para leer el libro”. Eso antes ni se les ocurría. Debaten cada vez más y con mayor actitud crítica. Y esa actitud crítica para con los libros no deja de ser una actitud crítica para con la vida. Con los libros se les abre la mente porque ven realidades distintas a sus modos de pensar. Eso es muy positivo. El club de los jóvenes es un mundo aparte. Ahora tienen 15 años y es más un grupo de amigos que otra cosa, pero si de paso sirve para que lean algo y sacar provecho de esa lectura: bienvenido sea.
¿Qué te aporta la biblioteca?
(Suspira) La biblioteca es un lugar extremadamente dinámico que te permite desarrollar muchas facetas. Además a nosotros nos dejan hacer. Supongo que esto es así porque no lo haremos muy mal del todo. Es muy gratificante comprobar que los usuarios confían en ti para que les recomiendes sus lecturas, o que los más pequeños te saluden con efusividad por la calle porque les resultas cercana (después de los cuentacuentos te miran como si fueras un personaje famoso, es muy gracioso). Es un trabajo muy enriquecedor en el que continuamente estás aprendiendo e inventando.
Ana, recomiéndame un libro por favor.
¿Qué te gusta? ¿Lees de todo o de nada?... Pues entonces, un libro que recomiendo mucho: El vuelo de la ibis escarlata.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Rafael Garrigós: “EL PRIMER TEATRO QUE PISÉ FUE LA IGLESIA DE MI PUEBLO"
La entrevista con Rafael Garrigós no es sino una pieza en tres actos al más puro estilo de teatro clásico, aunque sin guión previo. Plantemiento: una breve presentación formal en el patio del Ayuntamiento. Es Rafael Garrigós. Hace vestuario y escenografías de teatro. Ha trabajado con distintos equipos artísticos del Centro Dramático Nacional y del Teatro Real y en ciudades como Madrid, Barcelona o Berlín. Candidato a uno de los mayores premios de teatro nacionales, el Max, al mejor figurinista en 1999, creador de los trajes de Los Pelendengues de este año y de cinco carteles anunciadores del Carnaval de Herencia. Nudo: me cita en un ecléctico café en el céntrico barrio de Chueca de Madrid. El último Perlé de Honor en el ámbito socio-cultural confiesa cierto nerviosismo por la atención que le prestamos. Se siente halagado y agradecido al pueblo. Habla con pasión de lo que mejor conoce en esta vida: el teatro. Piensa y filosofa en voz alta. Avanzamos con calma en la conversación y retoma cabos, apostillando cuestiones que quizá hayan quedado inconclusas en su reflexión. Es un hombre tranquilo, pero vehemente en los temas que le importan. Sus palabras se desbordan al hablar de Herencia: es un torrente de ideas, sueños y querencias. Desenlace: me siento en la butaca del Teatro Arenal, al lado de la Puerta del Sol de Madrid. Se alza el telón y veo la creación real de Rafa en escena: un magnífico vestuario que acentúa y perfila cada personaje. Continuamos la charla del día anterior con matices aquí y allá. Un mensaje de texto ya me había advertido de que estaba rumiando poder volver y darle más sustancia a algunas cuestiones. Se le adivina un perfeccionista, amante de la belleza y lo bien hecho. Cuida mucho lo que hace porque lo ama. Cuida el teatro. Cuida a Herencia. Y sin pretensiones, ni delirios de grandeza.
¿Se ha hecho esperar el Perlé? ¿Qué sientes al recibirlo?
A cualquiera le gusta imaginar que se tenga un detalle así de bonito con él, aunque no estoy acostumbrado a los reconocimientos y me cuesta un poco asumirlos por mi timidez. Pero al venir del pueblo y estar especialmente vinculado con el Carnaval es especial. Aunque es verdad que alguna vez se te pudiera pasar por la cabeza, también es cierto que hay quinientas personas que están trabajando día a día en el ámbito sociocultural en el pueblo y que merecerían ese Perlé, probablemente antes que yo. Si me emociona el Perlé es porque aunque no haga nada en el día a día en Herencia se me llena la boca del pueblo allá donde voy. Todo lo que hago, lo hago con mentalidad de ser del pueblo: con los pies en la tierra. Mi lenguaje es el del pueblo, así me expreso y me explico. No cambio mi carácter por estar en otro sitio currando.
Eres titulado en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD). ¿Le dijiste a tu madre: mamá quiero ser artista?
Eso no se plantea. Son hechos consumados. Mis padres nunca me han presionado para elegir una cosa u otra. Jamás me dijeron que estudiara una carrera más práctica o con mayores expectativas de futuro. Desde pequeño tenía unas facultades e intereses distintos a la mayoría y eso no les descuadró, aunque tampoco les suscitó un entusiasmo tremendo. Vieron que iba para artista y nunca me pusieron cortapisas. Siempre confiaron en mí y me apoyaron. El primer teatro que he pisado ha sido la iglesia del pueblo. Vivía enfrente y fui monaguillo. Me encantaba ver aquellas imágenes con esos vestuarios tan alucinantes, y estar por detrás, en la sacristía, o acceder al campanario. Era como estar entre bambalinas. Después pensé estudiar Bellas Artes. Lo que ocurre es que cuando eres chaval das palos de ciego porque no tienes claro tu camino. Pero el camino se decanta solo, y el mío fue el teatro. Tenía cierta vocación, me gustaba el oficio de actor, pero más como aprendizaje que para trabajar en ello. Tenía muy claro que mi talento era el arte plástico, la pintura, la arquitectura…
¿Tanta confianza tenías en ti mismo?
Pienso que sí. Cuando eres chaval te lanzas a la aventura pensando que tienes un gran porvenir por delante. Sucede sobre todo cuando tienes algo vocacional, ya sea artístico o de cualquier otro tipo. En los años ochenta todo el mundo quería estudiar algo artístico porque lo veía en la televisión, por influencia de series como Fama. En nuestro propio pueblo había un interés brutal por la música, la cultura,… mucho más que ahora sin duda.
¿Cómo viviste aquella época?
En el pueblo los chavales teníamos interés por todo: cine, música. Ahora se ha desvaído mucho. No hay ese interés por lo moderno, ni por la cultura, sino por aquello que puede consumirse. La cultura hoy se puede fagocitar y es un poco más de usar y tirar. Antes también era un poco así, pero la gente quería formar parte de eso: querían ser especiales por sus gustos y en su vestimenta. Ahora se lleva más identificarte con una pandilla, formar parte de un grupo. Antes teníamos una actitud más individualista. Entonces ser auténtico significaba enfrentarte a actitudes muy instaladas en la sociedad del pueblo y muy conservadoras. Elegir determinadas cosas fuera de la norma era romper. Era una sensación de ser raro. Hoy en día a nadie se considera raro, tome la determinación que tome con su vida, con su carrera o con su vida personal. A nadie le choca nada. La sociedad es muy permeable a lo nuevo y a lo distinto. Toda España ha cambiado en quince años de la noche al día, aunque cohabite con una parte de la sociedad muy conservadora. Hoy se puede ser igual de auténtico pero sin la necesidad de romper con nada, sin enfrentarte a nada. Yo no me sentí raro en el pueblo, ni me lo hicieron sentir pese a haber sido como me ha dado la gana, pero conocí gente que sí rompía con lo que le rodeaba. Ahora tenemos vidas conformadas, con casuplones de la hostia. Vivimos en un apalancamiento general. Todo el potencial que tenemos lo tenemos apático. Herencia tiene la capacidad de cambiar a mejor porque por muy viejuna que esté tiene mucho potencial.
Ganaste el primer premio de Figures del IV Concurso Teatro Español de Madrid. ¿Qué es ser figurinista exactamente?
Es el que hace vestuario, el que hace los figurines, pero no solo es dibujar. Acometer el trabajo de vestuario no es hacer solo los diseños, sino definir unos personajes, consensuar y visualizar con el director lo que quiere contar: dar un estilo, buscar materiales y supervisar un trabajo global en el que trabaja mucha gente. Siempre digo que hago escenografía y vestuario. Además del proyecto estoy con la gente del taller dirigiendo y ayudando. Si firmo el vestuario y la escenografía de una obra todo lo que se ve, cuando se levanta el telón, es mi creación, bajo mi responsabilidad y control.
¿No te ves sobre las tablas en un futuro?
Me gusta mucho el trabajo de actor, pero no tengo vocación de actuar. Me parece que los actores son inseguros, competitivos y egocéntricos. Hay una serie de aspectos de carácter que no comparto, así que me siento muy bien donde estoy: detrás. Formo parte del resultado final del teatro, y no me pierdo ningún ensayo, pero desde otra función que también es necesaria.
¿Y de director?
Me gusta mucho, pero hay que tener un talento muy especial. Es muy complicado y me da mucho respeto. Así que no aunque me interesa hacer el seguimiento como coparticipe de un montaje. No me pierdo el proceso. A veces incluso hago mis aportaciones desde mi lugar.
¿No te interesa el cine?
He hecho un par de ayudantías pequeñas en cine y la preparación de una película pero no el rodaje. Creativamente es más rico trabajar en teatro porque aquí se puede hacer un trabajo imaginativo en contraposición al cine, que suele pedir realismo.
¿Qué te aporta el teatro?
El teatro es un enganche total porque es un espectáculo vivo y activo, desde el principio al fin. No es una película que pueda verse en cine o en casa en dvd. Tiene un tirón brutal aunque sea pan para hoy y hambre para mañana para mucha gente. Es alucinante por el directo: no se puede piratear. Por esto, por mucho que se hable de la crisis del teatro como medio en relación con el cine u otros lenguajes plásticos, tiene un futuro brutal. Es una experiencia única.
¿Qué aconsejarías a alguien que quiera hacer teatro?
Que sea consciente de que es un kamikaze. Hay que ser tenaz, constante y echarle un par. En teatro no existe la estabilidad que te pueda ofrecer otro tipo de trabajo, sino que te lanzas al vacío aunque al final compensa poder vivir de lo que más te gusta en la vida. Es un trabajo, pero es algo más: es una opción de vida real. A alguien joven que está empezando le diría que intentara asegurarse una cierta estabilidad económica porque con eso se puede hacer lo que a uno le dé la gana. Se puede compatibilizar. Si te gusta hacer algo con locura y lo dejas de hacer porque quieres ser sensato la estás cagando. No dejes de hacer nunca lo que te guste: nunca hay que dejar atrás el talento que uno tenga.
¿Cómo ves a Herencia culturalmente hablando?
Me parece que en el pueblo, visto desde una perspectiva de quien trabaja y vive fuera, la gente devuelve el triple siempre que les des cualquier incentivo, por pequeño que éste sea. Creo que necesitamos sentir que nuestro pueblo va a muerte con los que somos del pueblo. No nos apoyamos lo suficiente. También noto cierta actitud un poco pasiva, esperando que les den las cosas hechas. Y con la cultura deberíamos de ser menos improvisados. En Herencia hay talento de sobra, propuestas y gente que estamos deseando volcarnos, tanto profesionales como aficionados. La gente tiene que sentir que se cuenta con ellos consultándoles porque así sería menos apática y quejica. Es hora de eliminar frases como: “¿Eso? ¿En el pueblo? ¿Para qué?”. Hay un montón de eventos que son por y para el pueblo y que podrían organizarse mejor. Para el carnaval, por ejemplo, no se pueden organizar las actividades siendo una mera fotocopia del programa del año anterior. Se debería llevar el carnaval otra vez al centro del pueblo. ¿Por qué no se crea en mayo un taller de carnaval donde se expongan ideas, se confeccionen trajes, etc.? Estoy seguro de que habría una respuesta masiva. Hay que sacar a la gente de sus casas. Hay que debatir todas estas cosas más allá de los foros de Internet y de las cañas. Conviene ser un poco críticos y no regalarnos los oídos, ni ir de sobrados. Tenemos que ser menos cerrojos y escucharnos. Ser críticos no significa ser destructivos. Repecto al nuevo auditorio, por ejemplo, conviene no decir solo si es demasiado grande o no. Vamos a ser positivos y aportar ideas. Ya que está ahí ¿por qué no se piensa en él como un gran centro polivalente donde además de conciertos y teatros se puedan programar distintas eventos durante todo el año como inauguraciones del carnaval, actividades para la Semana Santa herenciana, talleres de música, etc? Todo lo que tenga que ver con la cultura en Herencia podría centralizarse en ese espacio que ofrece mil posibilidades. Es muy bueno ser crítico con nosotros mismos. Podríamos hablar de muchas cosas como por ejemplo de la arquitectura local: en quince años nos hemos cargado el pueblo. No ha habido una protección de las casas solariegas y manchegas. Esto parece Port Aventura: ¡chalets en el medio del pueblo! Es irreversible y para siempre.
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